AYUNTAMIENTO Y ENERTEC, HISTORIA DE OTRA VERGÜENZA (II) Los políticos quedan con el culo al aire por indeterminado
El convenio original firmado con la empresa garantiza la actividad de la factoría,
en nueva localización, y el mantenimiento de la plantilla y deja la recalificación
del suelo industrial a urbano supeditada al cumplimiento de las condiciones
asumidas en el propio convenio.
Enertec, una vez firmado el convenio, vende el terreno a Diursa en una operación
tan rápida que todo apunta a información privilegiada mucho antes
de que el Ayuntamiento enunciara sus intenciones.
Lo que entonces parecía una acción impecable desde el punto de
vista formal se empieza a convertir en pesadilla política cuando Enertec
va quemando etapas en su intención de acabar con su actividad empresarial.
A partir de ahí, y vamos a ser bienintencionados, estos políticos
listillos comienzan a ver que eran menos listos que Enertec y empiezan a temer
por el silloncete.
¿Qué ha ocurrido para el cambio de postura de Enertec?
En realidad su postura real no varió nunca un ápice. Desde el
inicio vieron claro el camino a seguir: El Ayuntamiento anuncia su intención
de que el entorno de su aún fantasma Ciudad de la Comunicación
sea idílico, Enertec entra dentro de su radio, la empresa es más
antigua que matusalén y está casi inmersa dentro de la ciudad,
la actividad no es muy boyante y produce muchas preocupaciones para los magros
beneficios,...
Cuando se haya firmado el convenio, Enertec jugará con la psicología
del político: antes de asumir un fracaso y la correspondiente culpa,
intentarlo todo y más. Entonces, ya descartada la aceptación de
un fracaso político, a Enertec le quedaba la evidencia de que su quema
de etapas hacia el cierre nunca frenaría la recalificación y,
por lo tanto, consideraba ya cobradas las plusvalías. De hecho ya las
tenía físicamente cobradas, aunque con condiciones, con Diursa,
a pesar de que el suelo siguiera siendo industrial.
¿Los trabajadores a quién interesan?
Con esta lógica, los trabajadores ya podían irse a manifestar
a la Estación espacial internacional que estaban sentenciados, siendo
su rendición una mera cuestión temporal: en este caso 6 meses
hasta que Diursa les ofreció cobrar los sueldos debidos y una pequeña
bonificación por su sacrificio en aras de la especulación inmobiliaria..
Al Alcalde le importó un pito verlos diariamente ante su ventanuco municipal
durante 4 largos meses, día y noche. Uan simple mención por su
parte de estos damnificados de su acción política le haría
explícitamente culpable del fiasco (para un político no hay fiasco
mientras no lo asuma).
Durante dos años la acción política fue la de poner velas
con la esperanza de que la empresa cambiara su actitud pecadora y así
salvar la cara. Pero como tal hecho no se produce, tras la aprobación
de la extinción de los contratos de trabajo en febrero de 2002, Enertec
fallece como empresa y sus empleados se convierten en parados y acreedores.
La jugada se ha completado magistralmente para Enertec: Ha cerrado la empresa,
se ha deshecho de los trabajadores sin pagarles un duro, y además Diursa
le ha dado 3.500 mill de ptas por el suelo aún industrial.
¿Qué sucederá ahora que el pescado ha volado? ¿se
aplicará la ley o se conculcará?
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